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INTERNACIONAL

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¿LIBERTÉ? LA LEY QUE BUSCA SUPRIMIR EL USO DEL VELO MUSULMÁN EN FRANCIA

“Francia cree que libera a las mujeres musulmanas de una vida de opresión, pero este complejo de inferioridad que se supone que padecen las mujeres musulmanas es absurdo, ofensivo y todo lo contrario a su empoderamiento.”

– Faduma Olow 

Por: Laura Salcedo

“Liberté, Égalité, Fraternité” tres famosas palabras que forman una clara descripción de los principios liberales y republicanos adoptados por la República Francesa; una imagen de libertad que ellos mismos se han encargado de posicionar a nivel internacional a modo de eslogan, al mejor estilo del pan francés, el queso o la torre Eiffel. La política francesa se ha jactado, por décadas, de la libertad de la que gozan sus ciudadanos en todo el sentido de la palabra, y no es para menos, porque lo cierto es que sus leyes históricamente se han caracterizado por defender y regirse por el estricto respeto a las libertades e intereses individuales y a los principios de un Estado laico. 

 

En medio del ambiente “liberal” predicado por el país, nos encontramos con un debate cíclico y polémico que desde hace unos años no ha dejado de resonar en la política francesa: el uso del velo islámico en sus diferentes formas. Francia es considerado el país musulmán de Europa por excelencia, donde su población practicante del islam representa el 8% de los ciudadanos, siendo esta la segunda religión mayoritaria del país después del cristianismo. Por esa misma razón dicho debate no puede pasar desapercibido, teniendo en cuenta la gran cantidad de mujeres que se han visto y se verán afectadas por las medidas tomadas por el gobierno francés. 

 

Este debate fue reavivado cuando a finales de marzo de este año, cuando una coalición de los partidos de centro y derecha del Senado francés presentaron el proyecto de ley “Lucha contra el separatismo”, que busca la prohibición para las mujeres del uso del velo musulmán en  competencias y prácticas deportivas, así como también la prohibición de su uso para las madres que quieran acompañar a sus hijos en salidas o viajes escolares, la prohibición del uso de “Burkinis” en las playas y piscinas públicas y finalmente, lo que más ha causado revuelo, la prohibición de uso del velo en todo espacio público para las menores de edad. Estas radicales medidas se juntarían con las ya establecidas en años anteriores como lo son la prohibición del uso del velo dentro de las escuelas públicas y la prohibición absoluta de los velos que ocultan la cara de la mujer como lo son el “Burka” y el “Niqab”.

 

Las voces de preocupación y rechazo no se han hecho esperar, no solo por parte de la amplia comunidad musulmana en el país, sino también por parte del gobierno francés y así mismo de la comunidad internacional, la cual desde el 2010, año en que se propuso la primera ley en contra del porte del velo, ha anunciado los peligros y discriminaciones que dichas medidas pueden significar. 

 

¿Protección o discriminación? Frente a este conflicto es inevitable poner en una balanza los intereses que corren tanto en contra como a favor de la ley y pensar si verdaderamente estas medidas son las adecuadas para lograr propósitos de “independencia y libertad” para la mujer que dicen buscar. Quienes están a favor de la medida argumentan que ésta tiene su base en el principio constitucional de la laicidad del Estado y en la defensa y avances de los derechos y libertades de las mujeres y niños, puesto que el Estado debe funcionar como un protector de estos en contra las “imposiciones” de uso de vestimentas y signos religiosos. Obligar a una mujer a usar ciertas vestimentas es claramente un abuso del poder, pero a todas estas, que una ley busque regular sus cuerpos y lo que pueden o no usar por decisión propia ¿No lo sería también? ¿Dónde se encuentra la “Liberté” dicha regulación? 

 

Los países occidentales en general, a lo largo de la historia, hemos tenido de cierta forma una imagen negativa frente a la cultura y religión musulmana, se nos ha pintado un complejo de “inferioridad” que se supone padecen las mujeres musulmanas con el porte de un Velo. Un complejo que de hecho llega en muchos casos a ser absurdo, ofensivo para su cultura y religión y contrario a cualquier idea de empoderamiento femenino. No hay que desconocer que existen gran cantidad de casos donde la mujer o niña musulmana puede ser obligada por su familia o comunidad al uso del velo, pero también es importante que los países de occidente cada vez con más influencia y ciudadanos practicantes del islam comiencen a ver el Velo en todas sus diferentes formas como una vestimenta digna, que muchas veces representa una decisión libre para la mujer musulmana, de identidad con su cultura y religión. La verdadera libertad para la mujer de cualquier cultura y religión está en poder elegir por su propia voluntad lo que quiere portar. 

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