ACTUALIDAD
2019-II
Sobre la polarización de Bogotá y su futuro
SOBREVIVIENDO A LA ALCALDÍA DE BOGOTÁ
La polarización generada por Enrique Peñalosa y Gustavo Petro ha producido que Bogotá viva en un limbo. Aquí un repaso de la discusión sobre el crecimiento de la ciudad y el reto de los ciudadanos frente a las elecciones.
Por: Pablo Güete Álvarez
La discusión sobre el crecimiento de Bogotá ha oscilado entre dos posiciones durante los últimos 20 años. Para nadie es un secreto que la Bogotá de hoy está insegura, cara y para colmo polarizada a consecuencia de los políticos. Como ejemplo de lo anterior podemos tomar una discusión en una serie de trinos entre nuestros dos últimos mandatarios: “Nuestra propuesta para el norte es mucho mejor para el medio ambiente: menos ocupación sabana, menos carros, menos calentamiento global”, escribió en Twitter el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, hace un par de años. De inmediato, su antecesor, Gustavo Petro, le contestó: “¿Y por qué no es mejor densificar el centro ampliado de Bogotá?”
Desde la primera alcaldía de Enrique Peñalosa se planteó la posibilidad de permitir el desarrollo de una parte del norte de la ciudad. La idea nunca se logró concretar y gracias a la declaratoria de la Reserva Van der Hammen se impidió la posibilidad de desarrollar un gran porcentaje de esa zona. La otra cara de la moneda, Petro, en su alcaldía expidió un Plan de Ordenamiento Territorial en el cual se proponía la densificación de este, pero todo fue ilegal luego de que el Concejo lo votó negativo. A su vez, aprobó licencias donde las vías y las redes no tienen capacidad de atender altas demandas, además de la construcción de grandes edificios. Todo esto significo costos y por lo tanto perdidas altísimas para la ciudad.
Entre esas dos posiciones, como en un limbo, ha vivido o mejor sobrevivido nuestra ciudad en los gobiernos de los últimos dos alcaldes. El ego de nuestros gobernantes no ha permitido que trabajen sobre lo construido, sino que ambos sientan la constante necesidad de quitarle méritos al otro o de enaltecer su propia figura. Ninguno de los dos ha sido capaz de reconocer que ambos tienen algo de razón, puesto que la ciudad tiene que permitir el crecimiento en el borde norte, pero de una manera organizada y controlada, de tal manera que se pueda garantizar el acceso a transporte masivo. De igual forma, es importante que se promueva la densificación, pero solo en las zonas de los corredores de transporte masivo (que, por su estado actual, es viable). Si combináramos las dos fórmulas se podría permitir el aprovechamiento de una ciudad compacta, pero también controlar su crecimiento.
Y así como en el tema de crecimiento urbano, la polarización es reiterada en temas como seguridad, transporte público, educación y salud. Como se volvió costumbre en Colombia, la forma de hacer oposición ahora es a través de mentiras abiertas y verdades a medias que se han convertido en el arma favorita de los gobernantes y de los opositores ante la falta de argumentos sólidos. Se dedican a desvirtuar y engañar a los ciudadanos buscando réditos políticos.
Ahora que se avecinan unas nuevas elecciones, Bogotá se encuentra en uno de los momentos más complicados de su historia. Es un reto para todos los ciudadanos el no volverse a equivocar. Lo más importante será que voten informados y que no se guíen por trinos o declaraciones sin argumentos. El reto más importante será elegir un gobernante que no promueva odio y que logre unir a todos los ciudadanos, porque solo con una ciudad compacta podremos lograr mejorar en cada tema en particular. Tomar decisiones democráticamente es importante por muchos motivos. Esto viene al caso en Bogotá, donde se debe decir que Enrique Peñalosa ha mostrado un rechazo notable por consultar a la ciudadanía para tomar decisiones colectivas. Aunque no siempre se puede consultar a la ciudadanía para definir las decisiones colectivas, cuando es posible hacerlo la autoridad de la ley crece sustancialmente.
No se debe olvidar que el objetivo central del alcalde es mejorar la calidad de vida de la gente y no utilizar la alcaldía como un trampolín a la presidencia (Petro), ni como un escenario para ser aplaudido por sus éxitos personales (Peñalosa). Ya tenemos varios candidatos y candidatas de todos los colores. Gente joven como Miguel Uribe, experimentada como Antonio Navarro si es que gana la encuesta de los verdes contra Claudia López que es la favorita, o de la política tradicional como Carlos Fernando Galán o Angela Garzón. Hay muchas opciones, pero el mensaje es: vote bien y vote informado. Esta ciudad no tiene margen para volverse a equivocar.