CULTURALES
Los protectores de la pachamama
Los Pueblos Nasa: Una Radiografía a la Tradición Ancestral
La Intemporal Lucha de los Pueblos Nasa: Entretejidos con la Tierra y el Espíritu
Fuente: Archivo personal Cristian Diaz
Por: Milton Camilo Chávez Mendoza
En las solemnes tierras de la zona andina colombiana, los pueblos Nasa emergen como custodios de una herencia milenaria. Principalmente asentados en el departamento del Cauca, esta comunidad, también conocida como paeces, ha tejido su identidad en armonía con la pachamama. Su legado no se limita al Cauca; se extiende a lo largo y ancho de la geografía colombiana, desde el Valle del Cauca hasta los territorios del Tolima, Putumayo, Huila, Caquetá y Meta.
Desde tiempos inmemoriales, los Nasa han sido guardianes de la sabiduría que emana de la tierra que pisan. Su lengua, el nasa yuwe o páez, no solo es un medio de comunicación, sino un vínculo profundo con su identidad y cosmovisión. En cada sílaba, en cada palabra, se encuentran los ecos de una historia de lucha y supervivencia. La llegada de los conquistadores europeos en el siglo XVI no solo marcó un punto de quiebre en la historia de América, sino que también supuso un desafío sin precedentes para los pueblos originarios. Sin embargo, los Nasa no se doblegaron ante la adversidad; sino todo lo contrario, resilientes y perseverantes defendieron con ahínco su territorio y su forma de vida. Hoy, ese espíritu indomable perdura en la sólida defensa que mantienen de sus tierras ancestrales.
La educación, tanto en la lengua nasa yuwe como en el español, es una herramienta esencial para preservar la identidad cultural y preparar a las nuevas generaciones para enfrentar los desafíos del mundo contemporáneo sin renunciar a su herencia ancestral. Los Nasa comprenden que el conocimiento es el arma más poderosa para defender su cultura y su territorio. En un mundo cada vez más convulso y cambiante, los pueblos Nasa nos recuerdan la importancia de honrar nuestras raíces y aprender de la sabiduría de quienes nos precedieron. Su tradición trasciende el tiempo y el espacio, invitándonos a reflexionar sobre el valor de la comunidad, la conexión con la naturaleza y el respeto por todas las formas de vida.
En los pueblos Nasa, la conexión con la naturaleza trasciende el simple respeto por el entorno; es una relación sagrada, tejida con los hilos de la tradición y el conocimiento ancestral. Desde épocas antiquísimas, los Nasa han entendido que el cuidado de la tierra es vital para su supervivencia y bienestar, y esta sabiduría se ha transmitido de generación en generación como un principio invaluable. Sin embargo, la llegada de misioneros y colonizadores europeos al continente americano trajo consigo una visión del mundo basada en el dominio y la explotación de la naturaleza, en contraposición a la cosmovisión nasa que honra y respeta la tierra como madre y proveedora de vida. Esta confrontación entre dos formas de entender el mundo ha generado tensiones y divisiones dentro de las comunidades nasa, amenazando con debilitar el tejido social y cultural que las sostiene.
Por lo anterior, esta comunidad ha librado una batalla milenaria, silenciosa pero feroz. Una batalla que no solo amenaza su supervivencia física, sino también su identidad cultural y espiritual. El conflicto armado, la contaminación y las cosmovisiones occidentales se alzan como obstáculos monumentales en el camino hacia la preservación de su forma de vida y su conexión sagrada con la madre tierra. La guerra, un flagelo que ha marcado la historia de Colombia durante décadas, ha dejado cicatrices profundas en la tierra y en el alma de los Nasa. Como guardianes de la tierra, han sido testigos y víctimas de la violencia que ha asolado su territorio, desplazando comunidades enteras y sembrando el miedo y la desconfianza entre su gente. Asimismo, la contaminación, resultado de la explotación indiscriminada de recursos naturales y la falta de regulación ambiental, amenaza la preservación y el bienestar de las comunidades indígenas. Los ríos contaminados, los suelos envenenados y el aire irrespirable son consecuencias directas de un modelo de desarrollo que privilegia el lucro económico por encima del respeto por la vida y la naturaleza. Como si eso no fuese suficiente, los pueblos Nasa deben enfrentarse a las cosmovisiones occidentales que amenazan con socavar su identidad cultural y espiritual. La imposición de valores y creencias ajenas a su cosmovisión tradicional ha generado que la comunidad se vea relegada a implementar sistemas ajenos a sus costumbres en aspectos tan esenciales como lo son el impartir su propia justicia, modelos económicos alejados del capitalismo corrosivo, o el simple respeto por su cultura; son un limitante para la conservación de la cultura nasa.
La lucha de los pueblos Nasa es un llamado de atención para todos nosotros, un recordatorio de la importancia de respetar y proteger la diversidad cultural y ambiental que enriquece nuestro planeta. En un mundo cada vez más globalizado, su voz se alza como un faro de esperanza, recordándonos que el camino hacia un futuro sostenible pasa por el respeto y la valoración de la diversidad cultural y ambiental.