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DEL DIRECTOR

El nombre de nuestra Alma Mater se da en honor a San Francisco Javier

Los Javerianos llevamos todos la misma sangre, la sangre de Javier

Algunas reflexiones sobre la Javerianidad como compromiso con la sociedad. 

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Fuente: Archivo personal José Osorio

Por: José Javier Osorio Quintero

Pensando en el primer artículo que escribo para esta sección, se vienen miles de ideas a la cabeza, pero es difícil decidirme por una lo suficientemente buena. Aún con la duda, pero creyendo que para el caso que nos reúne, quizá no haya una mejor, me decantaré por hablar sobre nuestra Pontificia Universidad Javeriana.

 

El nombre de nuestra Alma Mater se da en honor a San Francisco Javier, uno de los fundadores de la Compañía de Jesús y quizá uno de los misioneros más importantes de todos los tiempos. Análogo a su misión evangelizadora en Asia está nuestro llamado. Les ruego no piensen que esta es una invitación a irnos todos a dicho continente. Todo lo contrario. Es un clamor por salir de nuestra zona de confort, salir de esta visión Bogo-centrista que parece imperar y poder construir país desde la Colombia profunda.

 

Antes de hablar del presente, es perentorio hablar del pasado y en este caso del mio. Mi llegada a esta prestigiosa Casa de Estudios es una historia que bien puede parecer de una telenovela. Si algún día resulto escribiendo una crónica sobre mi vida, seguro citaré este artículo. Con certeza y humildad quiero atreverme a reflexionar acerca de lo que, a mi juicio, implica estudiar en nuestra Universidad y en el grado de compromiso mayor que se adquiere por ser Javeriano o Javeriana.

 

Tengo la fortuna de ser egresado de un colegio de la Compañía de Jesús, el Colegio San Luis Gonzaga de Manizales. Desde muy pequeño me han inculcado una fuerte formación en valores y servicio social, tanto a nivel familiar como a nivel escolar. La apuesta formativa de esta orden religiosa se enfoca, a mi juicio, en la formación integral del individuo más que solamente la académica. Al tenor de lo anterior, “Donde hay un Gonzaga hay un caballero y donde hay una Gonzaga hay una dama”, es una de las frases más emblemáticas de mi colegio.

 

Si bien es cierto que las dinámicas cambian radicalmente entre el colegio y la universidad, puedo afirmar que la Javeriana y mi querido San Luis Gonzaga guardan ese norte respecto a la formación integral de la persona. Quizá de una forma más autónoma en esta etapa, pero hay relación.

 

Entrando más en materia, considero que todas las personas que estudian en la Javeriana tienen un compromiso y un llamado mayor en cuanto al servicio y entrega a los demás. Me enorgullece saber que nuestra generación tiene una gran sensibilidad por las situaciones que atraviesan las personas más desfavorecidas, pero también creo que este compromiso social se mide con una vara más alta si se trata de un Javeriano o una Javeriana. La trayectoria y el reconocimiento que le tiene la sociedad a nuestra Universidad no nos puede hacer ajenos a ese llamado.

 

Los jóvenes de hoy en día somos muy críticos con lo que sucede a nivel nacional e internacional. Aún sin ser los más expertos en temas de economía, polítca, relaciones internacionales y demás, nos sentimos llamados a alzar nuestra voz. Las redes sociales se han ido convirtiendo cada vez más en un valioso instrumento de opinión sin importar cuál sea la postura. Sea este periódico estudiantil un claro ejemplo de lo anterior.

 

La identidad del Javeriano es bien particular. El Proyecto Educativo busca que seamos “No los mejores del mundo sino los mejores para el mundo”. El himno de nuestra Universidad también es claro y, a pesar de haberlo escuchado muy contadas veces en VII semestres, pienso constantemente en su estrofa final que habla de la sangre de Javier, una sangre que todos compartimos y que, a mi juicio, debe entenderse como una responsabilidad común. Aumentando mi “estándar de medición”: Una persona que estudie derecho debe tener una alta vocación de servicio.

 

De la mano del servicio está la construcción de país. En esto quiero mencionar el programa “ETHOS” de la Javeriana. En este hay una serie de entrevistas a personas que marcaron la Universidad, el país y el mundo a su respectiva manera. Gustavo Zafra Roldán, abogado Javeriano, delegatario a la Asamblea Nacional Constituyente, Decano de nuestra Facultad y profesor de Derecho Constitucional, en su respectiva entrevista dijo: “La Javeriana es un faro intelectual y ético del país”. Nuestro compromiso es a formarnos lo mejor que podamos para atender de la mejor manera las necesidades sociales.

 

El gran cambio que queremos para nuestro país debe iniciar desde las pequeñas acciones. La Javerianidad de la que tan orgullosos nos sentimos debe ser más latente, casi al punto de convertirse en un estilo de vida: una vida en el servicio y ayuda a los otros como norte innegociable.

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