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ACTUALIDAD

“Que viva Colombia, potencia mundial de la vida” - Gustavo Petro 

A un año del Gobierno del Cambio: Lo bueno, lo Malo y lo Feo 

En su primer año de gobierno el presidente Gustavo Petro ha sido objeto de un intenso debate y análisis. Su gobierno se ha visto rodeado de controversias, grandes aciertos y desafíos significativos, veamos entonces lo bueno, lo malo y lo feo del primer año del Gobierno del Cambio. 

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Fuente: El Colombiano

Por: Nicolás Gómez González 

Tras su posesión el 7 de agosto del año pasado Gustavo Petro asumió la presidencia de la República en medio de un panorama convulsionado rodeado de altas expectativas y sentidos temores. Para el primer mandatario elegido democráticamente de izquierdas en uno de los países más conservadores de América latina la llegada al poder de Gustavo Petro significó un nuevo panorama político apoyado de una sustancial agenda de reformas sociales, económicas y políticas. No obstante, en el transcurso de su primer año de gobierno la administración Petro ha sido objeto de grandes desafíos, altibajos y aciertos. 

 

Durante sus primeros meses de gobierno, la administración Petro se enfrentó a sus primeros obstáculos los cuales pusieron a prueba la solidez de su gobierno, así como su liderazgo. La ruptura de su coalición de gobierno, la dependencia del tradicionalismo partidista para la aprobación de su plan de reformas, así como las controversiales asignaciones de cargos en altas instancias del gobierno significaron algunos de los elementos que más controversia han generado entre los sectores populares y la comunidad internacional. 

 

A pesar de los obstáculos esto no ha impedido que la agenda de gobierno se detenga. Su proyecto de “paz total”, la reforma para el acceso universal de servicios básicos, la revisión al sistema pensional, el fomento de la agroindustria, el sector laboral, la transición energética, así como el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela tras la ruptura de las mismas bajo el gobierno del expresidente Duque se han convertido en algunas de las promesas cumplidas o aún en proceso del actual gobierno. 

 

Asimismo, vale la pena analizar los grandes avances en materia de reformas tales como la aprobada reforma tributaria y la entrada en vigor de los primeros textos legislativos para su proyecto de paz total. A pesar de los tropiezos, los escándalos y la burocracia todavía avanza la reactivación de la mesa de negociación con el ELN después de que esta se suspendiera durante la administración Duque, y que hoy buscan el fortalecimiento de las mesas de diálogo, la llegada a puntos común acuerdo, así como el cese al fuego absoluto entre las fuerzas estatales y los grupos insurgentes. 

 

Estos acercamientos, así como la presentación de sus reformas ante el congreso han sido recibidos con un considerable descontento entre algunos sectores de la oposición, alegando que una política de paz en Colombia no puede limitarse exclusivamente al indulto o la reintegración de combatientes que no hayan sido debidamente judicializado por jueces de paz o por entes internacionales. 

 

En materia de encuestas la aprobación del presidente ha tenido una caída considerable dejándolo en una tasa de entre el 40% y el 35% de aprobación a julio del 2023. Sumado a esto el reciente escándalo en el círculo más privado de la familia presidencial el cual involucra a su hijo, el hoy ex diputado a la Asamblea Departamental del Atlántico Nicolás Petro el cual es hoy investigado por la Fiscalía General de la Nación por presunto enriquecimiento ilícito e inyección de millonarios fondos ilegales a la campaña de su padre el hoy presidente Petro. 

 

Habiendo cumplido un año de su gobierno y con las elecciones territoriales a la vuelta de la esquina el gobierno Petro, así como la izquierda colombiana afrontan hoy grandes dificultades para su fortalecimiento tras este primer año, con un panorama general complejo e incierto el cambio prometido sigue siendo una posibilidad que deberá consolidarse en un futuro muy próximo.  

 

Al presidente Petro le quedan 3 años para cumplir su plan de gobierno, demostrando no solo su potencial sino encima su capacidad para recuperar no solo la confianza de su electrodo sino también el de los principales sectores políticos que hoy se muestran reacios a creer que Colombia se encuentra más que dispuesta a dar un viraje por una paz perpetua y una mejora en la calidad de vida de todos los ciudadanos de la República.

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