QUERELLANDO
Exploración de las múltiples facetas del amor en la vida universitaria
El amor universitario,
diferentes formas de amar
El amor universitario se manifiesta en diversas formas: romántico, amistoso, académico, familiar, por mascotas y amor propio. Cada tipo de amor tiene su belleza y su dolor, enseñándonos valiosas lecciones sobre la vida y sobre nosotros mismos.
Fuente: Pexels
Por: Eduardo José Aldana Salazar
El amor es un tema tan antiguo como la literatura misma, y si hay una obra que lo explora con profundidad y complejidad, es "Hamlet" de Shakespeare. Aunque en este clásico literario la discusión se centra en temas políticos y psicológicos (¿Hamlet está loco o somos nosotros los locos?), los personajes enfrentan diversas formas de amor: el amor romántico entre Hamlet y Ofelia, el amor filial entre Hamlet y su padre, y el amor por la venganza que consume a muchos. A través de estos lazos, Shakespeare nos muestra que el amor puede ser tanto un refugio como una prisión.
Si lo analizamos bien y hacemos un paralelo inusual, podríamos decir que todos somos un poco como Hamlet, solo que del siglo XXI y en la universidad. Este es el espacio propicio para que surja ese anhelado sentimiento.
En la universidad, el amor romántico (sí, ese tipo de amor que haría sonrojar a Jane Austen) se presenta como un ideal tan inalcanzable como encontrar un café abierto a las 3 a.m. en medio de los exámenes. Nos enamoramos de personas que parecen salidas de un sueño, pero esos sueños se desvanecen más rápido que la motivación para estudiar después de una fiesta. Como dice el dicho, “el amor es ciego”, aunque aquí también parece tener problemas de visión y un par de lentes rotos. Nos obsesionamos con la idea de relaciones “perfectas”, solo para darnos cuenta de que esas perfecciones dependen de personas que tienen menos responsabilidad emocional que un gato en una caja de cartón. ¿Quién no ha soñado con vivir una historia de amor digna de una novela romántica, solo para terminar atrapados en un drama más trágico que Hamlet, con la única diferencia de que aquí no hay monólogos brillantes, solo mensajes de texto sin respuesta?
Por otro lado, está el amor de amigos, uno de los regalos más grandes que nos brinda la vida universitaria. Es ese tipo de amor que te hace sentir como si tuvieras un equipo completo en cada examen y una familia elegida para las fiestas. Las caras de incomprensión compartidas en clase y las noches en vela haciendo trabajos son recuerdos que llevaremos siempre con nosotros. Sin embargo, incluso este amor puede ser complicado; después de todo, ¿quién no ha peleado con amigos por alguna cosa sin sentido? Al final, la amistad universitaria es una de esas por las que vale la pena pelear.
No debemos olvidar que estamos en la universidad porque estudiamos algo que nos apasiona; esto se puede traducir en algo parecido al amor, pero en este caso es por la academia. Este amor puede ser apasionado y absorbente; se siente como el deseo de aprender algo nuevo o descubrir un tema que te roba el sueño (en las horas de estudio). Sin embargo, también puede ser un amor solitario; a veces parece que los libros son nuestros únicos compañeros. La búsqueda del conocimiento puede llevarnos a momentos de desesperación y frustración, pero también a una satisfacción indescriptible cuando finalmente sacamos 5.0 en ese final que creíamos imposible.
La familia y las mascotas son fuentes fundamentales de amor en nuestra vida universitaria. Aunque estemos lejos físicamente, el apoyo incondicional de nuestros seres queridos nos acompaña en cada paso. A veces, las expectativas familiares pueden sentirse como una carga, pero al final del día están ahí para celebrar nuestros logros y consolarnos en las derrotas.
Las mascotas son los héroes anónimos de esta etapa. Con su amor incondicional y sus travesuras, nos sacan sonrisas incluso en los momentos más estresantes. Después de un día agotador entre clases y exámenes, no hay nada mejor que llegar a casa y ser recibido por una cola que se agita frenéticamente.
Finalmente, el amor propio es quizás el más difícil pero esencial tipo de amor que debemos cultivar durante nuestra etapa universitaria. En medio del caos académico y emocional, aprender a valorarnos puede ser un desafío monumental. Pero al igual que Hamlet se enfrenta a sus demonios internos, nosotros también debemos aprender a confrontar los nuestros. Solo cuando nos amamos a nosotros mismos podemos realmente abrirnos a los demás.
El amor universitario es un mosaico de emociones: romántico, amistoso, académico, familiar, por mascotas y propio. Cada uno tiene su belleza y dolor, enseñándonos lecciones sobre la vida y nosotros mismos. Así como Hamlet navega por emociones tumultuosas, nosotros también debemos encontrar nuestro camino entre risas y lágrimas.
Aquí estamos, amando intensamente y tratando de no tropezar con nuestras expectativas. Al final, si Shakespeare escribió sobre el amor y la locura en el caos humano, ¡quizás nosotros también podamos sobrevivir a nuestras historias universitarias!